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Publicado por el 19 Oct, 2016 en Ciudadanos, Tu farmacéutico informa

FARMACIA ASISTENCIAL: Cercanía y ahorro son ‘armas’ de los servicios, dicen profesionales

FARMACIA ASISTENCIAL: Cercanía y ahorro son ‘armas’ de los servicios, dicen profesionales

Correo Farmacéutico reunió en Huesca, con apoyo de Teva y la colaboración del COF y de Sefac, a profesionales de la farmacia comunitaria para hablar del desarrollo de la botica asistencial, los retos que implica y los cambios que requiere.

Jornadas CF Soluciones para una Farmacia de Servicios

Francisco Casamayor (vocal de Sefac Aragón), Ángel Más (presidente del COF de Huesca), Carmen Fernández (directora de CF), Eduardo Satué (presidente de Sefac Aragón) e Ignacio Compairé (vocal de Oficina de Farmacia del COF de Huesca). (Pablo Otín)

La cercanía a los pacientes reales y potenciales y la eficiencia, ya que ahorrarían gastos al sistema, son las principales armas para defender la necesidad de servicios asistenciales en las farmacias, pactados y protocolizados con las administraciones, afirmaron la semana pasada en Huesca profesionales de la farmacia comunitaria que llevan años impulsando la prestación de servicios añadidos desde las boticas.

«Debemos convencernos, y convencer a la sociedad, de que los servicios son buenos para los pacientes, rentables para las administraciones y una buena opción profesional para el farmacéutico comunitario y, por supuesto, que deben ser remunerados como se paga cualquier otro servicio que ofrece un profesional a cualquier persona», subrayó Francisco Casamayor, farmacéutico comunitario en Andorra (Teruel) y vocal de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) en Aragón.

La semana pasada, CF celebró en Huesca, con el apoyo de Teva y la colaboración de Sefac y del COF de la provincia, una nueva jornada sobre Soluciones para una Farmacia de Servicios, que este periódico ha venido organizando con el apoyo del laboratorio en varias provincias españolas. En la jornada se puso de manifiesto, una vez más, la expectativa que crea una farmacia más asistencial, el compromiso de un número cada vez mayor de profesionales y los obstáculos que esta vía asistencial encuentra, por las dificultades políticas y presupuestarias y por algunas discrepancias profesionales (ver información de la derecha).

La directora de CF, Carmen Fernández, inauguró la jornada invitando a los asistentes a explorar las posibilidad de una farmacia aún más asistencial, «integrada y coordinada con el resto de los niveles asistenciales del Sistema Nacional de Salud (SNS)». Y recordó el viejo compromiso de CF con el impulso de los servicios asistenciales en las farmacias.

Ángel Más, presidente del COFde Huesca, recordó que es importante definir qué es un servicio profesional asistencial y estudiar qué se puede hacer desde una farmacia aunque no siempre eso basta. Al respecto, recordó que el Gobierno de Aragón aprobó el primer decreto en España que regula el sistema personalizado de dosificación (SPD) protocolizado y acordado entre Administración y COF y, sin embargo, no está en pleno desarrollo «porque desde instancias de la Administración se afirma que lo del SPD es marketing farmacéutico»; en referencia a unas manifestaciones del consejero aragonés de Salud, Sebastián Celaya, de un Gobierno distinto al que elaboró y aprobó el citado decreto, en las que calificó el SPD como «marketing». «Tenemos que demostrar que esto no es así, y que somos capaces de aportar valor sanitario», afirmó Más. 
coordinación asistencial

Eduardo Satué, presidente de Sefac Aragón, hizo un repaso a las competencias que las leyes establecen para los farmacéuticos comunitarios y recordó que la profesión no ha avanzado por los caminos de la formación ni de la coordinación asistencial con otros profesionales sanitarios, «y eso es esencial, porque tenemos que consolidarnos como proveedores de servicios sanitarios», señaló.

Casamayor explica que él, en su farmacia, hace servicios y los cobra, porque supone un servicio profesional prestado a una persona que no dudaría en pagar a cualquier otro profesional; lo que hago tiene un precio, y, si el paciente no lo considera adecuado tiene la libertad de renunciar a él». Respecto a los servicios, añadió, «por ejemplo el SPD, o la medición de la presión arterial, no se trata de utilizar o no instrumentos, sino de vender conocimiento, emplear el tiempo de detectar o descartar un problema, porque, medir la atención o rellenar un blíster lo puede hacer cualquiera, pero un farmacéutico recoge los datos, los analiza, los informa y aconseja o deriva al paciente». En realidad, explicaron los intervinientes, cada servicio implica seguimiento y aportación de valor a la salud de los pacientes.

Ignacio Campeire, vocal de Oficina de Farmacia del COF de Huesca y experto en SPD, subrayó quehacer SPD es mucho más que facilitar a un paciente la organización de su tratamiento; e implica control, vigilancia, seguimiento y garantía de un uso correcto de los fármacos. Explicó que en este sentido amplio, la red de farmacias está infrautlizada y añadió que hay un gran campo de actuación en este terreno, para las oficinas de farmacia, en la atención a residencias y centros sociosanitarios. «En realidad, -señaló- el SPD es una forma profesional para mejorar el cumplimiento de los tratamientos y detectar errores para asegurar una correcta utilización de los medicamentos».

Formación y certificación, una exigencia que suscita polémica

La necesidad de formación específica y la posterior certificación que exigen las administraciones para la prestación de servicios profesionales asistenciales añadidos a la labor habitual de los farmacéuticos fue uno de los asuntos abordados en la jornada de Huesca.

En Aragón este asunto fue ya polémico cuando se publicó el decreto de SPD y la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) denunció la exigencia de certificación. Cuando se negociaba la norma, el entonces presidente de la empresarial, Fernando Redondo, afirmó que «a un profesional que está habilitado para fabricar fármacos no puede exigírsele certificaciones para meter medicamentos en una cajita; es decir, para realizar un SPD» (ver CF del 9-XII-2013). Y este es precisamente el problema, dijo Francisco Casamayor, «que hacer SPD no es meter medicamentos en una cajita, sino realizar un seguimiento profesional».

El decreto 93/2015, que regula los SPD en Aragón, no habla de acreditación de farmacias para prestar el servicio, sino de «declaración responsable». Basta comunicar a la Administración que se cumplen los requisitos requeridos para prestar el servicio, sin necesidad de autorización previa.

Eduardo Satué señaló que la formación constante, la especialización y la certificación es algo inherente a todas las profesiones y no desmerece la formación ya adquirida. «Además -recordó- una directiva europea, en cuanto se adapte a la norma española, obligará a la certificación sistemática estableciendo un sistema de créditos/año para realizar determinados servicios profesionales».

Un servicio profesional hecho desde la farmacia, dijo, ha de ser realizado por un profesional cualificado y certificado y ha de constar con objetivos claros, procedimientos establecidos, resultados comprobados y homogéneos y un registro de éstos para llevar a cabo una evaluación, precisó Satué. La formación, recordó, no puede ser una carga sino una garantía.

Más información en: http://www.correofarmaceutico.com/2016/10/03/al-dia/profesion/cercania-y-ahorro-son-armas-de-los-servicios-dicen-profesionales